Historia
5) imaginación más activa y 6) creatividad estimulada. Algo que en especial llamó su atención fue que se percataron de tener inusual equilibrio entre las emociones y el intelecto, a este fenómeno lo llamaron senso-razón concepto que posteriormente se desarrolló en la tesis de licenciatura del delfín.
Ante tales resultados la investigación exploró aspectos relacionados con la neurología para desde ahí poder validar lo experimentado, y lo primero con lo que se encontraron era que esta senso-razón se debía a que mientras el cerebro izquierdo es verbal y analítico, el cerebro derecho es intuitivo y holístico, y que esa sensación de conciencia e intuición acrecentada que se podía resumir como un estado de unidad, se debía a que al cerrar los ojos y entrar en un estado de percepción y por lo tanto de conciencia distinto, la actividad del encéfalo se modifica y se pone a andar lo que Andrew Newberg3 llama el circuito neurológico de la espiritualidad, tema que profundiza en su libro; “Ciencia del cerebro, biología de la fe ”(2001) y que dio origen a una nueva disciplina, la neuroteología.
Hubo también que investigar sobre los procesos sinestésicos, ya que también los rasgos de la sinestesia aparecían en las sesiones experimentales que cada vez más iban tomando un formato escénico. La sinestesia, del griego συν, 'junto', y αισθησ?α, 'sensación', es, en retórica, estilística y en neurología, la mezcla de varios sentidos diferentes. Un sinestésico puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es que lo asocie o tenga la sensación de sentirlo: lo siente realmente. La sinestesia es un efecto común de algunas drogas psicodélicas, como el LSD, la mezcalina o algunos hongos.
Sensorama nació como un proyecto original e independiente, cuya identidad encuentra sus bases en una mezcla de temas y teorías descritas a lo largo de este texto.